miércoles, 4 de junio de 2014

TEMA OCTAVO. LA ROMANIZACIÓN.


En este tema estudiaremos el proceso de Romanización y la presencia de Roma en Hispania. En el apartado gramatical los pronombres demostrativos y en el apartado literario los poetas líricos latinos y su influencia en la literatura europea.


 
EL PROCESO DE ROMANIZACIÓN.

            El proceso de romanización se extiende desde el siglo III a.C. al siglo II d.C., como mínimo, y significa la adopción, por parte de las poblaciones autóctonas, de las formas políticas, económicas y culturales de Roma. El proceso comprende dos aspectos:
a- Militar. Se trata de la conquista de la península, que se desarrolla en tres etapas principales:
            - Conquista de la fachada mediterránea, desde el 218 a.C. (desembarco de Publio y Cneo Escipión en Ampurias en el marco de la II Guerra Púnica) hasta el 197 a.C. fecha de la primera división provincial.
            - Conquista de la Meseta (153-133 a.C.), con dos episodios destacados:
                        - La guerra de Numancia.
                        - La guerra contra los lusitanos (resistencia de Viriato)
            - Conquista de la cornisa cantábrica, con las guerras cántabras (29-19 a.C.).

b- Cultural, dando a este término una acepción amplia, que incluye aspectos políticos, económicos, administrativos y artísticos. Aquí es donde verdaderamente se aprecia la romanización, como imposición progresiva de formas culturales que demostrarán la superioridad de Roma y la inclusión de la península en una estructura política superior, formando parte primero de la República y más tarde del Imperio romano.




Romanización 

 






Mérida

Itálica

Acueducto de Segovia

Pronomdres demostrativos

Poesía lírica 

Vivamos, mi Lesbia, y amémonos 
y deja que los rumores de los viejos más severos 
¡nos importen todos un comino! 
Los soles pueden caerse y subir: 
Cuando esta breve luz haya muerto para nosotros, 
dormiremos en la noche interminable. 
Dame mil besos, y otros cien, 
después otro mil, y otra vez cien, 
y todavía otros mil más, y otros cien. 
Entonces, cuando nos hayamos dado muchos miles, 
los mezclaremos todos para no conocerlos, 
y que ninguna insidia pueda notar 
estos besos que nos damos. 

Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.
soles occidere et redire possunt:
nobis, cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda.
da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum,
dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut ne quis malus invidere possit 
cum tantum sciat esse basiorum.
                Catulo, Carmen V

Beatus ille qui procul negotiis, 
ut prisca gens mortalium,
paterna rura bubus exercet suis 
solutus omni faenore
neque excitatur classico miles truci 
neque horret iratum mare
forumque vitat et superba civium
potentiorum limina.
ergo aut adulta vitium propagine 
altas maritat populos
aut in reducta valle mugientium
prospectat errantis greges
inutilisque falce ramos amputans
feliciores inserit
aut pressa puris mella condit amphoris
aut tondet infirmas ovis.
vel cum decorum mitibus pomis caput 
Autumnus agris extulit,
ut gaudet insitiva decerpens pira
certantem et uvam purpurae,
qua muneretur te, Priape, et te, pater 
Silvane, tutor finium.
libet iacere modo sub antiqua ilice, 
modo in tenaci gramine:
labuntur altis interim ripis aquae, 
queruntur in Silvis aves
frondesque lymphis obstrepunt manantibus, 
somnos quod invitet levis.
at cum tonantis annus hibernus Iovis 
imbris nivisque conparat,
aut trudit acris hinc et hinc multa cane 
apros in obstantis plagas
aut amite levi rara tendit retia 
turdis edacibus dolos
pavidumque leporem et advenam laqueo gruem
iucunda captat praemia.
quis non malarum quas amor curas habet 
haec inter obliviscitur?
quodsi pudica mulier in partem iuvet 
domum atque dulcis liberos,
Sabina qualis aut perusta Solibus 
pernicis uxor Apuli,
sacrum vetustis exstruat lignis focum 
lassi Sub adventum viri
claudensque textis cratibus laetum pecus 
distenta siccet ubera
et horna dulci vina promens dolio 
dapes inemptas adparet:
non me Lucrina iuverint conchylia 
magisve rhombus aut scari,
siquos Eois intonata fluctibus 
hiems ad hoc vertat mare,
non Afra avis descendat in ventrem meum, 
non attagen Ionicus
iucundior quam lecta de pinguissimis 
oliva ramis arborum
aut herba lapathi prata amantis et gravi 
malvae salubres corpori
vel agna festis caesa Terminalibus 
vel haedus ereptus lupo.
has inter epulas ut iuvat pastas ovis 
videre properantis domum,
videre fessos vomerem inversum boves 
collo trahentis languido
positosque vernas, ditis examen domus, 
circum renidentis Laris.
'haec ubi locutus faenerator Alfius, 
iam iam futurus rusticus,
omnem redegit idibus pecuniam, 
quaerit kalendis ponere.

                                   Horacio, Épodo II

Dichoso el que de pleitos alejado,
cual los del tiempo antigo,
labra sus heredades, no obligado
al logrero enemigo.

Ni la arma en los reales le despierta,
ni tiembla en la mar brava;
huye la plaza y la soberbia puerta
de la ambición esclava.

Su gusto es, o poner la vid crecida
al álamo ayuntada,
contemplar cuál pace, desparcida,
el valle su vacada.

Ya poda el ramo inútil, o ya enjiere
en su vez el extraño;
castra sus colmenas, o si quiere,
tresquila su rebaño.

Pues cuando el padre Otoño muestra fuera
la su frente galana,
con cuánto gozo coge la alta pera,
las uvas como grana.

Y a ti, sacro Silvano, las presenta,
que guardas el ejido,
debajo un roble antiguo ya se asienta,
ya en el prado florido.

El agua en las acequias corre, y cantan
los pájaros sin dueño;
las fuentes al murmullo que levantan,
despiertan dulce sueño.

Y ya que el año cubre campos y cerros
con nieve y con heladas,
o lanza el jabalí con muchos perros
en las redes paradas;

o los golosos tordos, o con liga
o con red engañosa,
o la extranjera grulla en lazo obliga,
que es presa deleitosa.

Con esto, ¿quién del pecho no desprende
cuanto en amor se pasa?
¿Pues qué, si la mujer honesta atiende
los hijos y la casa?

Cual hace la sabina o la calabresa
de andar al sol tostada,
y ya que viene el amo enciende apriesa
la leña no mojada.

Y ataja entre los zarzos los ganados,
y los ordeña luego,
y pone mil manjares no comprados,
y el vino como fuego.

No me serán los rombos más sabrosos,
ni las ostras, ni el mero,
si algunos con levantes furiosos
nos da el invierno fiero.
                            Fray Luis de León, Oda a la vida retirada



Ille mihi par esse videtur 

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Carpe diem










 

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